miércoles, 19 de febrero de 2014

El cerebro padece cuando no tiene suficientes grasas.

Un estudio revelo qu Las personas con niveles menores de grasas omega 3 sufren cambios significativos en su cerebro, segùn cientìficos de California.
(CNN) — Las personas con una dieta baja en àcidos grasos ricos en omega 3, como los que se encuentran en el aceite de pescado, son màs propensos a sufrir un desgaste acelerado en el cerebro, asegura un nuevo estudio.
“Este es el primer estudio que analiza los glòbulos rojos de àcidos grasos omega-3 (que representan la ingesta dietètica de este tipo de àcidos grasos que se encuentran tìpicamente en los peces) y los volùmenes del cerebro y el rendimiento cognitivo.
un equipo de médicos compararon los niveles en la sangre de dos nutrientes encontrados en los àcidos grasos con omega 3, utilizando imàgenes de resonancia magnètica del cerebro y exàmenes cognitivos. Encontraron que las personas que estuvieron en el ùltimo 25% del estudio obtuvieron calificaciones màs bajas en las pruebas mentales como soluciòn de problemas, tareas mùltiples y pensamiento abstracto.

Las imàgenes de la resonancia mostraron que aquellos con menores niveles de omega 3 eran màs propensos a tener mìnimos, pero significativos cambios de estructura en el cerebro, La resonancia tambièn mostrò un mayor volumen de hiperintensidad en la materia blanca ademàs de pequeñas lesiones en el cerebro, aumentando el riesgo de muerte, falla cerebrovascular y demencia por la falta de omega 3.
los mèdicos aseguran que los resultados fueron consistentes con signos de daño en los vasos sanguìneos del cerebro.

Un tercio del volumen del cerebro està compuesto por vasos sanguìneos.
se estudiò a 1,575 personas que tenìan en promedio 67 años y que no eran tratados por demencia. Tomaron como factores de riesgo la edad, si eran fumadores o no, el gènero, el ìndice de masa corporal, la actividad fìsica y la APOE (Alipoproteìna E), el ùnico gen relacionado con el riesgo de demencia.
el siguiente paso en la investigaciòn fue seguir a esas personas para ver si los factores de riesgo que observaron se traducen en una mayor tasa de deterioro cognitivo.
El pescado rico en grasas como el salmòn, ofrece una fuente concentrada de omega 3 y nutrientes. el equipo examino el àcido eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA).
Los aceites vegetales (como el de canola), granos de soya, semillas de lino, nueces y vegetales verdes como la espinaca y la col son fuentes ricas en omega 3. Estos productos contienen àcido alfalinolènico (ALA), que parcialmente es convertido por el cuerpo en EPA y DHA.
Ambos tipos son benèficos. La dieta tìpica estadunidense no contiene suficiente de ambos. Las guìas nutrimentales del gobierno, recomiendan comer pescado al menos dos veces a la semana.
“Este es un nuevo descubrimiento que respalda la importancia del omega 3 en la salud y tamaño del cerebro”, dijo el mèdico Majid Fotuhi, presidente del Instituto de Neurologìa para la Salud y Bienestar del Cerebro, y profesor de Neurologìa en la Universidad de Medicina John Hopkins.
Fotuhi recomendò a sus pacientes obtener 1,000 mg por día de DHA, un nutriente que incrementa el flujo de sangre en el cerebro, reduce la inflamaciòn en el cerebro y corazòn, ademàs de que ayuda a contrarrestar la suma tòxica de amiloide en el cerebro.
El DHA tiene el beneficio de mejorar el ànimo y reducir los sìntomas de depresiòn, dijo. Las ùnicas personas que deben evitar el DHA son los pacientes que usan anticoagulantes como el Cumadin, añadiò.
Jorge Matías-Guiu, jefe del Servicio de Neurologìa del Hospital Clìnico San Carlos de Madrid, reconoce que, efectivamente, “el estudio llega a confirmar evidencias anteriores que constatan còmo una dieta rica en determinados pescados favorece una menor atrofia y menos envejecimiento cerebral”.

La mayor ingesta alimentaria de pescados y “los niveles circulantes de àcido docosahexaenoico (DHA) y àcido eicosapentanoico (EPA), ambos àcidos grasos poliinsaturados esenciales de la serie omega-3 (que se encuentran fundamentalmente, en el salmòn, las sardinas, los arenques, el sàbalo o el verdel) se han relacionado con un menor riesgo de demencia, pero los mecanismos que subyacen a esta asociaciòn no estàn del todo claros.

los cientìficos escogieron a participantes del estudio Framingham (famosa investigaciòn que se iniciò en 1948 con el fin de identificar los factores de riesgo comunes y caracterìsticos de las enfermedades cardiovasculares) que no tuvieran demencia. Finalmente, reclutaron a 1.575 varones y 854 mujeres de entre 67 y 69 años.

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